El viaje de la mariposa Monarca
Desde
el Sur del Canadá y de América del Norte a los cálidos bosques de Méjico y
California, donde tienen su santuario, a través de 5.000 kilómetros, comienza
uno de los viajes más fascinantes y misteriosos que existen en la naturaleza: a
finales de verano, principios de Otoño, cientos de millones de mariposas
Monarcas – Danaus plexipus – una de las especias más bellas del planeta,
emigran hacia el Sur. Luego en primavera emprenderán el regreso a casa. No
soportan el frío extremo, porque son insectos tropicales, pero su reproducción
ocurre generalmente en Canadá y América del Norte. Las bajas temperaturas hacen
que se vuelvan perezosas, se mueven lo menos posible para ahorrar energía. Los
vientos de Octubre son sus mayores enemigos, pero son capaces también de
atravesar el Atlántico si los vientos les son favorables, y de reposar en aguas
tranquilas. Cuando se recuperan continúan su viaje. Al llegar a las playas
levantan el vuelo. Entonces el espectáculo es extraordinario, un tapiz de miles
de mariposas cubre el cielo. Así se ha visto en las playas de Tarifa, Cádiz.
Es
un comportamiento extremo para un insecto que vuela unos 120 kilómetros de
media al día, y el viaje dura de dos a tres semanas. Al final de la jornada las
monarcas se posan sobre las ramas y troncos. Por la mañana extienden las alas
para calentarse y echar a volar. Nunca pierden el rumbo. Están dotadas de un
sofisticado sistema de navegación alojado en las antenas, que funciona como una
brújula solar y un reloj circadiano que se ajusta con el movimiento del sol.
Así navegan de acuerdo con la posición del sol según éste se mueve en el cielo.
El sol y la luz las orienta.
Todas las mariposas pasan por cuatro ciclos estadios: huevo y eclosión, oruga que se envuelve en sí misma formando una crisálida, liberación del cuerpo y salida parar volar, buscar pareja y reproducirse. Todas, menos la Monarca que tiene el mayor ciclo de vida y es uno de los insectos con mayor resistencia en la tierra. La mayoría de las mariposas tiene un ciclo vital de 24 días, pero la monarca llega a los nueve meses.
Es un viaje que no está exento de peligros, aparte de los vientos de Octubre, tienen depredadores, por eso la Monarca es un insecto venenoso. Lo absorben de una planta que es su principal alimento, planta de algodoncillo, planta nutricia de la que dependen fundamentalmente y se alimentan. Tiene un compuesto tóxico que incorporan a sus tejidos y así crean un mecanismo de defensa. Los pájaros y otros animales lo saben y tomas precauciones. Sus brillantes colores naranjas, amarillos y negros alertan de su toxicidad.
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